La adicción al juego y a las apuestas online es un problema grave para determinadas personas. NeuroQuotient® nos ayuda a entender que sucede en el cerebro en las adicciones y a identificar a este grupo y la intensidad del riesgo. Podría, incluso, utilizarse para definir perfiles de usuarios y poner filtros dentro de las plataformas de juego online. Al final, sugerimos ideas para evitar, minimizar y revertir la adicción.
No hace mucho nos consultaron sobre la posibilidad de insertar un artículo en este blog con un enlace que llevara a una web de apuestas y juego online. ¡La verdad, nada más lejos de nuestro objetivo!
Sin embargo, la consulta nos movió a escribir este artículo sobre como entendemos desde NeuroQuotient® los fundamentos cerebrales de la adicción al juego, en general, y a las apuestas y al juego online en particular.
Vemos con gran preocupación la proliferación de casas de apuestas deportivas online que, además, patrocinan el deporte profesional. Mucha publicidad con gran accesibilidad (¡quién no tiene un teléfono móvil a mano!), implica un gran riesgo. Sobre todo, para determinado tipo de personas.
Así que, en nuestra línea habitual, vamos a explicar cómo creemos que funciona la adicción al juego en el cerebro. El propósito principal es ayudar a tomar conciencia a quienes pueden tener más riesgo de caer en ello. También, a partir de entender la neurociencia de la adicción al juego, pensaremos en estrategias para evitarla y, en lo posible, revertirla.
Índice del artículo y cómo leer más rápido
El artículo es bastante largo. De todos modos, si quieres avanzar más rápido podrás hacerlo siguiendo los títulos y subtítulos a lo largo del mismo. Además, el siguiente índice con los títulos enlaza con cada apartado:
– ¿Qué personas corren más riesgo?
– Adicciones y neuroconductas desde los animales.
– ¿Qué sucede con los humanos?
– ¿Cómo se generan las neuroconductas y más sobre hábitos y adicciones?
– Las adicciones conductuales y una característica destacada: Las expectativas no realistas.
– NeuroQuotient® nos ayuda a detectar el riesgo de la adicción al juego.
– Las personas con más riesgo en NeuroQuotient® y el Temperament and Character Inventory (TCI-R).
– NeuroQuotient® para establecer perfiles y filtros en las plataformas de apuestas deportivas online?
¿Qué personas corren más riesgo?
El riesgo es mayor en los perfiles con una alta tendencia en ‘Búsqueda de la Novedad’ y un bajo nivel en ‘Auto-Dirección’ en el modelo ‘Temperament and Character Inventory’.
Al buscar documentación para sustentar nuestra argumentación, encontramos un artículo reciente (2020) de R. Granero et al. ‘Fenotipos del juego en las apuestas deportivas online’ (Gambling Phenotypes in Online Sports Betting).
Los autores identificaron las características de los individuos más vulnerables en cuanto a involucrarse en las apuestas deportivas online. Llegaron a la conclusión de que estas personas se caracterizan por ser:
‘No casados, con bajo nivel económico, con alta comorbilidad con adiciones a sustancias, jóvenes, con involucración temprana en actividades de juego, con grandes deudas ocasionadas por las apuestas deportivas online y con un perfil de personalidad disfuncional’.
Para determinar el perfil de personalidad emplearon el TCI-R (Temperament and Character Inventory). Encontraron que las personas con más riesgo respecto a la adicción al juego online destacan por una alta puntuación en ‘Búsqueda de la Novedad’ (Novelty Seeking) y un bajo nivel en ‘Auto-Dirección’ (Self-Directedness).
Al validar NeuroQuotient® lo comparamos con la misma herramienta TCI-R del Dr. Robert Cloninger y encontramos diferencias interesantes dentro de las subescalas de Novelty Seeking. Teníamos interés en saber si sus resultados eran similares. Así que contactamos con Susana Jiménez-Murcia, una de las autoras y responsable de la Unidad de Patología del Juego de Departamento de Psiquiatría del Hospital Universitario de Bellvitge. El mismo día, la Dra. Roser Granero (Departamento de Psicobiología y Metodología de la Universidad Autónoma de Barcelona) nos los facilitó. Estamos muy agradecidos por su amabilidad. Volveremos a estos resultados más adelante, ¡Son muy interesantes!
¿Qué es una adicción? Adicciones y neuroconductas.
Una adicción es un patrón de conducta en la que está involucrado el sistema de recompensa y que aporta malos resultados a medio y largo plazo.
Desde nuestro punto de vista, una adicción es una neuroconducta (impulsiva) que es difícilmente evitable, a pesar de los malos resultados que aporta a medio y largo plazo.
En un artículo anterior (relación entre memoria y conducta) definíamos una neuroconducta como un programa o patrón de conducta destinado, en principio, a favorecer la supervivencia de la especie. Distinguíamos dos tipos de neuroconductas: las que guían conductas que son recompensadas con placer y las destinadas a minimizar el daño o el dolor. Las primeras tienen que ver con el sistema de recompensa y las otras con el sistema de amenazas.
En la Fig 1, podemos ver un esquema de las neuroconductas en animales procedente de este artículo.
Las adicciones son patrones de conducta que tienen que ver con el sistema de recompensa y el placer. Vamos a revisar los elementos que la constituyen:
Imaginemos un perro que está explorando su territorio y que, con sus sentidos (olfato, vista, …), percibe un hueso. En el cerebro del perro su memoria de especie le indicará que se trata de una señal de recompensa. Entonces, el sistema límbico de recompensa motivará la acción y el perro comerá el hueso. Finalmente, después de comer el hueso, el resultado para el perro será placentero.
Las etapas de una neuroconducta motivada por el sistema de recompensa.
señal sensorial > motivación límbica de acercamiento > acción > resultado
Pero, es muy importante tener en cuenta lo siguiente: ¿Qué sucede si engañamos al perro y ponemos a su alcance un hueso envenenado? Pues, sucede que el perro también va a comer el hueso. Los tres primeros pasos no cambiarán, pero el resultado no será precisamente placentero.
¿Qué pasa con los humanos?
Los humanos podemos activar una neuroconducta con una señal sensorial imaginada o recordada y algunas veces nos auto engañamos. Buscamos un resultado placentero y nos podemos encontrar con problemas no deseados.
Ya hemos comentado alguna vez que la característica cerebral diferencial de los humanos es la corteza prefrontal (CPF). La CPF nos proporciona la capacidad de pensar y de explorar el territorio con mayor intencionalidad que los animales. Y, algo más: nuestro cerebro no distingue entre las señales sensoriales percibidas de las que nos generamos con la imaginación y/o la memoria. ¡Es decir, podemos activar una neuroconducta solo con el pensamiento!
Esto es estupendo para auto motivarnos, pero también puede ser malo ya que a veces nos auto engañamos. Nos podemos auto envenenar. Quizás no inmediatamente, pero sí a medio plazo. Por ejemplo, tomar un par de copas de vino proporciona un buen resultado inmediato, sentimos una sensación placentera. Sin embargo, si caemos en la adicción al alcohol el resultado es un problema no deseado.
Las adicciones son pues neuroconductas que no aportan buenos resultados.
En la Fig.2 reproducimos un esquema de las neuroconductas en humanos. Tener en cuenta, pero que en las adicciones está implicado el sistema de recompensa y no el de amenazas.
¿Cómo se generan las neuroconductas y más sobre hábitos y adicciones?
Las neuroconductas, los hábitos y las adicciones se crean por repetición.
Estaremos de acuerdo en que una neuroconducta, tanto si está motivada por el sistema de recompensa (sentir placer) o el de amenazas (evitar un daño), podemos llamarla hábito. Sin embargo, preferimos hablar de neuroconductas para tener más presente que detrás de ellas hay unos centros y conexiones neuronales que las sustentan..
Los hábitos y las neuroconductas se generan por repetición. A medida que vamos usando unas determinadas conexiones neuronales estas se van reforzando y cuanto más se fortalecen más las utilizamos. Este es el principio de Donald Hebb: ‘las neuronas que se disparan juntas refuerzan su conexión’.
Pero, para comprender más sobre hábitos y adicciones recurriremos al libro de Charles Duhigg, El poder del Hábito. (The Power of Habit: Why We Do What We Do and How to Change) y a los estudios del Dr Wolfram Schultz a los que Duhigg hace referencia. Concretamente al artículo, ‘Señal Predictiva de Recompensa de las Neuronas de Dopamina’ (Predictive Reward Signal of Dopamine Neurons).
En las adicciones pasamos a la acción de un modo impulsivo condicionados por el deseo irrefrenable no consciente (craving) de una recompensa.
El Dr. Schultz realizaba un estudio con monos para crearles por repetición una respuesta condicionada a una señal. (En un post anterior, ‘Técnica del Ayuno de Dopamina’ hablamos sobre el condicionamiento).
Al mono se le presentaba una determinada señal en la pantalla del ordenador. Si en respuesta a esta señal el mono pulsaba una palanca se le recompensaba con una gota de zumo de fruta que le era vertida delante de su boca.
Mientras el mono realizaba las acciones tenía unos electrodos insertados en el cerebro que medían la actividad en las neuronas dopaminérgicas (que liberan dopamina). Recordemos que la dopamina es el neurotransmisor central del sistema de recompensa.
En las primeras fases del experimento la actividad de las neuronas de dopamina aumentaba cuando al mono se le suministraba el zumo. Si embargo, una vez creado el condicionamiento bastaba que el mono observara la señal en la pantalla para que se activaran la dopamina en su cerebro. No era necesaria la presencia del zumo, sino que el cerebro del mono, solo con la señal que aparecía en el ordenador, anticipaba la percepción del estímulo de recompensa. En la Figura 3, podemos ver un esquema del experimento.
Es muy importante entender que la dopamina interviene solo en la fase de motivación de la conducta. La dopamina no produce placer, simplemente activa la disposición a la acción.
De este modo, en las primeras etapas del proceso el mono se disponía a tomar el zumo cuando lo percibía. En cambio, una vez creado el condicionamiento, bastaba con la señal condicionada iniciadora de la neuroconducta (la señal en la pantalla del ordenador) para que se liberara dopamina en su cerebro y el mono estuviera motivado para tomar el zumo, sin necesidad que le fuera presentado.
Esta motivación previa, este deseo irrefrenable (craving) es lo que da impulso a un hábito o a una adicción. Por esto las adicciones tienen una componente impulsiva, nos encontramos haciendo algo sin darnos cuenta.
En la adicción al juego y apuestas online, el teléfono móvil o el ordenador puede actuar como señal sensorial condicionada que dispara la dopamina en el cerebro y la disposición a jugar de modo impulsivo.
Es estupendo tener hábitos potenciados por un craving que nos aporten buenos resultados. Por ejemplo, sentir una necesidad irrefrenable inconsciente de persistir hasta encontrar la solución a un problema. Pero si los resultados de la neuroconducta no son buenos, entonces estamos ante una adicción y no es saludable continuar con ella.
En la adicción al juego online, la presencia de una señal, el teléfono móvil, por ejemplo, nos puede disparar de un modo impulsivo la neuroconducta de apostar. Actuamos, impulsivamente, en busca de una recompensa que en general no es tal (a medio plazo la casa de apuestas siempre gana).
Creemos, además, que el uso excesivo y no adecuado de ‘pantallas’ (ordenadores, móviles, …) favorece la creación de adicciones impulsivas relacionadas con la dificultad para aplazar la recompensa. Lo tratábamos sobre ello en el post ‘Impulsividad en la Educación’.
Las adicciones conductuales y una característica destacada: Las expectativas no realistas.
La adicción al juego y a las apuestas online son adicciones conductuales.
En las adicciones no podemos frenar el impulso derivado del deseo irrefrenable (craving) y caemos una y otra vez en una neuroconducta que no nos aporta buenos resultados. Nos auto envenenamos. Literalmente, además, cuando la adición es a sustancias (drogas, alcohol, …).
Pero estamos tratando sobre la adicción a las apuestas y al juego online. En este caso, no se trata de una adicción a sustancias, sino que es conductual y que, tiene un elemento característico importante: ‘las expectativas poco realistas’.
Los humanos ponemos más la atención a lo que fue bien que a lo que no funcionó, y nos creamos expectativas poco realistas. Atendemos a señales sensoriales imaginadas y recordadas que motivan la acción, pudiéndonos auto engañar respecto al resultado esperado. Esto implica un riesgo importante en cuanto a la adicción al juego y a las apuestas online.
Para verlo haremos referencia a dos artículos de Sharot et al:
‘Como se mantiene el optimismo no realista frente a la realidad’ (How unrealistic optimism is maintained in the face of reality) y ‘Como la dopamina intensifica un sesgo optimista en los humanos’ (How Dopamine Enhances an Optimism Bias in Humans).
Dicen Sharot et al, en el primer artículo, que los humanos tendemos a actualizar nuestras creencias de una manera sesgada demasiado optimista. Ponemos más atención a la información sobre lo que salió mejor de lo esperado que a lo que fue peor. De este modo, acostumbramos a no codificar correctamente los errores que nos llevarían a ser más realistas y a reducir el optimismo. Asi pues, el optimismo está ligado a un fallo de actualización selectiva y una codificación neuronal disminuida de la información no deseada con respecto al futuro.
En el segundo artículo describen como que la dopamina aumenta este sesgo optimista. A los participantes en un estudio les administraron L-DOPA (dihydroxy-L-Phenylalanine) un agonista de la dopamina. (Un agonista de un neurotransmisor es una sustancia que actúa del mismo modo en los receptores neuronales). Llegaron a la conclusión que la dopamina impacta en la formación de creencias reduciendo las expectativas negativas respecto al futuro.
En NeuroQuotient®, creemos que no solo la dopamina refuerza las expectativas positivas, sino que las expectativas positivas generan señales internas que llevan a liberar dopamina y a poner en marcha el sistema de recompensa.
Es fácil adivinar cómo influirán las expectativas optimistas no realistas en las apuestas y la adicción al juego online, ¿Verdad? Tenemos más tendencia a imaginar que vamos a ganar que a perder y de este modo nos auto motivamos para actuar sin valorar las consecuencias.
NeuroQuotient® nos ayuda en detectar el riesgo de la adicción al juego.
La dimensión A1 (Imaginación Positiva) de NeuroQuotient® nos permite anticipar quien, y cuando, tiene más riesgo de caer en adicciones a las apuestas y el juego online.
NeuroQuotient® explica la conducta humana desde la perspectiva de la neurociencia. El modelo tiene 4 dimensiones. Cada dimensión tiene dos vertientes, una que agrupa neuroconductas eficaces (que aportan resultados satisfactorios) y otra con neuroconductas limitadoras.
A1 es la primera dimensión de NeuroQuotient®. La letra A indica que tiene que ver con conductas de aproximación (Behaviour Aproach System). En su cara eficaz, A1 mide la facilidad para poner en marcha el sistema de recompensa con el foco del pensamiento. Pensando de modo optimista y en positivo atendemos a señales sensoriales exteriores o evocamos (imaginamos o recordamos) señales interiores que ponen en marcha el sistema de recompensa.
Además, la dimensión A1 es más alta en personas con mayor imaginación y cuyo pensamiento funciona más rápido y lo expresan con mayor espontaneidad.
Las dimensiones de NeuroQuotient® no tienen nombre. Si lo tuvieran, a A1 le podríamos llamar ‘Imaginación Positiva’.
Por otra parte, los puntos fuertes y las oportunidades de mejora acostumbran a ser como las dos caras de una misma moneda. Cuando alguien tiene una alta tendencia en las neuroconductas eficaces de A1 puede correr el riesgo de caer en la cara limitante de esta dimensión (A1L). Es decir, que sean también altas las neuroconductas de la sub-dimensión A1L.
¡Atención! Decimos que existe el riesgo, no que sea inevitable. De hecho, lo que pretendemos es facilitar el tomar consciencia de este riesgo para reducirlo lo más posible. Esto está relacionado con que NeuroQuotient® no trata de la personalidad, sino solo de la conducta en una época de la vida de la persona. El cerebro tiene plasticidad y del mismo modo que por repetición creamos nuevos patrones de conducta, si dejamos de utilizarlos también se van debilitando.
En la Fig 4. podemos ver unos gráficos de NeuroQuotient® resaltando la dimensión A1. A la izquierda con ambas subdimensiones altas, y a la derecha cuando esta cara limitante es baja.
¿Cuáles son las neuroconductas de la vertiente limitante de la dimensión A1 de NeuroQuotient®?
Podemos adivinar que las neuroconductas más importantes, en cuanto al riesgo de caer en adicciones de apuestas y juego online, tendrán que ver con un exceso de ‘Imaginación Positiva’. Con una imaginación desbordada, podemos:
Generarnos expectativas poco realistas,
Tomar decisiones y actuar de modo impulsivo (dejándonos llevar por la ilusión del momento y con dificultad para aplazar la recompensa).
Correr riesgos innecesarios (al no valorar las consecuencias de la acción).
Además, con gran imaginación y rapidez de pensamiento podemos encontrarnos con:
Atención dispersa y dificultad de concentración
Sufrir despistes y distracciones.
Excesiva espontaneidad en la expresión de las ideas.
No es objeto del artículo, pero hemos observado que cuando la limitación A1 es muy alta, también es probable que se dé el Trastorno por Déficit de Atención (TDA)
Temperament Character Inventory (TCI-R), NeuroQuotient® y el estudio citado al principio (Gambling Phenotypes in Online Sports Betting)
El grupo de mayor riesgo en la adicción al juego y apuestas online y en la validación de NeuroQuotient (sub-dimensión A1L) destaca en las subescalas ‘Impulsividad’ y ‘Desorden’ de la escala ‘Búsqueda de la Novedad’ del TCI-R.
Decíamos al principio que volveríamos a los resultados del estudio Gambling Phenotypes in Online Sports Betting en el Temperament and Character Inventory (TCI-R 240), para compararlos con los que encontramos al validar NeuroQuotient®.
En Tabla I tenemos la correlación de A1 (eficacia) y A1L (limitación) con la escala Novelty Seeking y sus subescalas y la puntuación del grupo de mayor riesgo en el estudio citado (columna de la derecha).
Correlación con A1 | Correlación con A1L | Puntuación grupo de mayor riesgo | |
Novelty Seeking | 0.38 | 0.49 | – |
Exploratory Excitability | 0.45 | 0.26 | 1.85 |
Impulsiveness | 0.26 | 0.46 | 3.03 |
Extravagance | 0.16 | 0.28 | 2.65 |
Disorderliness | 0.24 | 0.42 | 3.14 |
Vemos que -tanto en la correlación con A1L, cómo en el estudio de los fenotipos de riesgo a la adicción a las apuestas online- los valores son más elevados en dos subescalas de ‘Búsqueda de Novedad’ (Novelty Seeking):
‘Impulsividad’ (Impulsiveness) y ‘Desorden’ (Disorderliness)
Respecto a la ‘Impulsividad’ poco hemos de añadir. Está claro, que las adicciones en general y al juego y apuestas online tienen una alta componente impulsiva.
En cuanto al ‘Desorden’ (resumiendo la definición de Cloninger en el TCI-R) indica tendencia a perder los estribos rápidamente, baja disposición a involucrarse en actividades reguladas y a seguir las normas y dificultad para aplazar la recompensa.
Además, desde la experiencia con NeuroQuotient®, cuando la subdimensión A1L es alta, observamos mayor dificultad para aprender de los errores y estructurar el pensamiento. Creemos que puede estar relacionado con una baja concentración y con el modo en que el cerebro organiza los eventos temporales (recuerdos e imaginación del futuro). Lo vimos en artículos anteriores al hablar de la línea del tiempo.
Finalmente, dentro NeuroQuotient® tenemos el índice NQ. NQ aumenta con las neuroconductas eficaces y disminuye cuando lo hacen las limitadoras. Este índice correlaciona muy bien (>0,60) con la escala Auto-Dirección (Self-Directedness). Con bastante frecuencia, cuando la limitación A1L es alta otras también lo son y, en consecuencia, NQ y Auto-Dirección son bajas. Esta es otra importante coincidencia con el estudio del Hospital de Bellvitge.
¿Qué podemos sugerir para evitar caer en la adicción al juego y las apuestas online y para salirse de ella?
No queremos pasar por expertos en lo que no lo somos, pero entender la relación entre el cerebro y la conducta es una ayuda importante para poder intervenir en los problemas de las conductas disfuncionales.
Después de lo visto en el artículo ¿qué podríamos hacer para disminuir el problema de las adiciones conductuales en general y del juego y las apuestas online? Se nos ocurre lo siguiente:
1.Prevención en edad temprana.
Es muy importante la detección precoz del riesgo y facilitar estrategias a los niños/as para evitar el problema más adelante.
Procuremos estar alerta y para observar conductas como las que hemos ido citando (impulsividad, gran imaginación, frustración en actividades que no tienen una recompensa rápida, etc.).
De este modo les podremos proporcionar un acompañamiento apropiado. También podremos evitar aumentar la problemática (lo veíamos en el artículo sobre ‘Impulsividad y Educación’).
2.Prevención en adultos.
En los adultos con mayor riesgo sería muy importante que tomaran consciencia antes de caer en la adicción.
Es fácil decirlo, pero ¿cómo facilitar esta toma de consciencia? ¡Ojalá pudiera contestar todo el mundo NeuroQuotient®¡ Recordar que cuando A1L es alta o muy alta, la probabilidad de estar en el grupo de riesgo también lo es.
Se nos ocurre una idea. Podría integrarse NeuroQuotient® en las plataformas de apuestas online y definir diferentes perfiles de juego (limitando el importe y la frecuencia de las apuestas) en función de la intensidad de A1L. Justo al darse de alta los usuarios podrían contestar NeuroQuotient® y quedarían integrados en uno u otro perfil. Incluso, si A1L fuera muy alto serviría de filtro para vetar el acceso.
3.Identificar las señales sensoriales externas o externas que disparan la neuroconducta adictiva impulsiva.
Es de gran ayuda que la persona identifique la señal externa que le pone en marcha el jugar y apostar online:
¿Qué hay en mi contexto qué pueda actuar de disparador? ¿El teléfono móvil? ¿Alguna imagen que aparece en el mismo o en el ordenador? ¿Una música?
Hay que tener en cuenta, además, que la señal puede ser interna, generada por la imaginación o el recuerdo. Entonces:
¿Cuál es mi proceso mental antes de iniciar las apuestas online?
Incluso, puede tratarse de otro tipo de señales sensoriales, por ejemplo, sentir una cierta ansiedad o desazón. Esto es más propio de la adicción a sustancias y de neuroconductas relacionadas con el sistema del miedo, pero no lo descartemos en la exploración inicial en la adicción al juego y las apuestas online.
Identificar el disparador de la neuroconducta, nos servirá para dos estrategias:
- La primera, obviamente, cuando una vez identificada la señal externa, hay que procurar dejarla fuera de nuestro alcance.
- La segunda es válida para todo tipo de señales. Al identificar el disparador aumentamos nuestra consciencia y podemos empezar a crearnos una nueva y sencilla neuroconducta, por ejemplo: ‘contar hasta diez’. Cada vez que somos conscientes de que estamos ante el disparador, ‘contar hasta diez’. Esto nos va a permitir frenar la componente impulsiva de la adicción.
4.Diseñar y practicar una neuroconducta alternativa ‘sana’, para cuando aparezca la señal disparadora del impulso adictivo.
Aunque tengamos identificado el disparador, si no tenemos una alternativa para ‘continuar’, es complicado que podamos evitar la conducta adictiva impulsiva.
El ‘contar hasta diez’ es la alternativa más simple. Pero, es probable que sea demasiado débil.
No obstante, podemos ir más lejos y crear una neuroconducta más potente basada en un anclaje.
Lo mejor, es que si practicamos la nueva neuroconducta (lo podemos hacer visualizando), estaremos creando un nuevo condicionamiento a la misma señal disparadora anterior de la que se derivarán buenos resultados. Lo que antes nos ponía en mala situación ahora nos llevará a un camino diferente y a un resultado satisfactorio.
5.Crear un sueño alternativo o, mejor, un ‘miedo’ alternativo.
Esta estrategia está a caballo entre los dos puntos anteriores. Hemos visto que el disparador interno más habitual en la adicción al juego y apuestas online tiene que ver las expectativas no realistas ¿Verdad?
¿Cuántos jugadores sueñan despiertos con ganar o en recuperar lo perdido?
Se trata, entonces, de crear un sueño diferente, que acabe mal, para que active el miedo y la prudencia.
Seguramente, esta estrategia será más fácil de utilizar para evitar recaídas, cuando exista ya una experiencia directa de malos resultados. En las primeras etapas del problema, o antes de que se dé, el sesgo mental optimista en las personas con expectativas no realistas dificulta el poder rebatirles la creencia de que van a ganar en el juego y las apuestas online.
6. Finalmente, una dificultad adicional a tener en cuenta. La procrastinación.
Una neuroconducta bastante frecuente cuando A1L es alta es la tendencia a procrastinar. Procrastinar es el hábito de aplazar aquellas actividades que no tienen una recompensa inmediata. ‘Ya encontraré un mejor momento para hacerlo’.
Esto implica que, aunque una persona sea consciente de los malos resultados que se derivan de su adicción al juego y las apuestas online, es muy probable que tienda a postergar el ponerle remedio, ya que requiere un esfuerzo.
Esta tendencia a procrastinar, relacionada con una baja fuerza de voluntad, contribuye a que las pérdidas se acumulen hasta que el problema llega a ser muy grave.
Bien, hasta aquí estrategias que directamente podemos imaginar a partir de lo tratado en el artículo. Podemos encontrar más ideas y opciones en el libro James Clear. ‘Hábitos atómicos. Cambios pequeños resultados extraordinarios’. O en el ya citado de Charles Duggig, ‘El poder del hábito’.