Neurociencia de la felicidad

Fuente de felicidad y neurociencia. Flow, fluir, estar en la zona.

Tratamos sobre la neurociencia de la felicidad. Concretamente de lo que sucede en el cerebro en los estados de flow, cuando ‘estamos en la zona’ y fluimos. Una importante fuente de felicidad. A partir de la idea de flow, fluir, estar en la zona, nos adentramos en la neurociencia de la felicidad, con la ayuda de NeuroQuotient. Aprovechamos para introducir algunos conceptos importantes sobre este modelo.

¿Qué es la felicidad?

Para nuestro propósito, primero debemos tener claro que es la felicidad. Hemos encontrado una definición de felicidad con la que estamos más o menos de acuerdo:

“La felicidad es el estado emocional … que se caracteriza por la sensación de bienestar y realización que experimentamos cuando alcanzamos nuestras metas, deseos y propósitos; es un momento duradero de satisfacción, donde no hay necesidades que apremien, ni sufrimientos que atormenten.

La felicidad es una condición subjetiva y relativa. Como tal, no existen requisitos objetivos para ser felices: dos personas no tienen por qué ser felices por las mismas razones o en las mismas condiciones y circunstancias”

Estamos totalmente de acuerdo en que se trata de …

… una sensación de bienestar subjetiva (la percepción de cada uno de los hechos y situaciones objetivos es crucial) y relativa (somos felices en contraposición con los momentos de infelicidad) y lo más duradera posible.

La realización. Es decir, que la felicidad no tenga un enfoque global, no de satisfacción a corto plazo.  La búsqueda del bienestar inmediato está relacionada con dificultades para aplazar la recompensa, la trampa de la falsa felicidad. Lo veíamos en los posts anteriores sobre la impulsividad y ayuno de dopamina.

No estamos tan de acuerdo, pero, en que la felicidad esté relacionada directamente con el logro de metas. La satisfacción del logro de metas puede ser breve en el tiempo, no tan duradera. Probablemente, el logro de metas tenga más que ver con el éxito que con la felicidad. Además, el enfoque a metas está asociado con el futuro, mientras la felicidad está en el presente.

Resumiendo, nos quedamos con tres aspectos fundamentales de la felicidad: subjetividad, duradera y en el presente.

Flow. Un estado mental fuente de felicidad

La neurociencia de la felicidad en lo que se refiere a la subjetividad ya la tratamos en el post sobre meditación y resiliencia. Ahora nos centraremos en una fuente de la felicidad, y su explicación desde la neurociencia, que no tenemos tan presente: El flow, fluir, estar en la zona.

Vale mucho la pena tener en consideración la idea de flow, porque está relacionada con la felicidad duradera y en el presente. Cuanto más estamos en este estado mental, más tiempo somos felices en el presente.

El concepto Flow, fluir, estar en la zona, lo acuñó Mihaly Csikszentmihaly (1934- , de origen húngaro, profesor de psicología en varias universidades norteamericanas, Chicago, Claremont, …).

Csikszentmihaly considera el flow como una fuente de felicidad humana. Su libro, Fluir (flow), está subtitulado en español: ‘una psicología de la felicidad’.

Define el flow, fluir, estar en la zona, como el ‘estado mental en que una persona, llevando a cabo una actividad, está completamente absorbida en lo que está haciendo, con gran enfoque, energizada, mientras disfruta del propio proceso de la actividad.

¿Qué caracteriza a estas experiencias y actividades asociadas con los estados mentales de flow?

Para entender mejor la idea de flow, y antes de pasar a la neurociencia de la felicidad, podemos recordar alguna experiencia de flow personal.

Para ello podemos pensar en alguna experiencia en la que disfrutamos mientras la llevamos a cabo de modo productivo. Estando totalmente concentrados en la actividad, mientras el tiempo pasa sin darnos cuenta.

Desde esta experiencia que hemos localizado en nuestra memoria, podemos ir viendo lo que viene a continuación.

Dice Csikszentmihaly, que “las actividades que llevan al flow, a fluir y a estar en la zona, requieren habilidades y energía para su realización, mientras la motivación y la recompensa están embebidas el transcurso de la propia experiencia, en el presente”.

Estas actividades son experiencias autotélicas (auto: en sí misma; telo: finalidad), intrínsecamente gratificantes. No se realizan por el deseo de un beneficio futuro, sino porque en ‘el hacer’ en sí mismo está la recompensa. La motivación es totalmente interna y está en la propia experiencia.

Se trata de actividades desafiantes que requieren habilidades adecuadas, con equilibrio entre el nivel del reto y de las propias habilidades. Si las habilidades son superiores al reto, nos aburrimos, si el desafío supera a la habilidad, entonces sentimos ansiedad (Figura 1).

Figura 1. Flow implica un equilibrio entre las habilidades y nivel de reto que requiere la actividad.

Lo cierto es que estamos hablando de una fuente de felicidad relacionada con la acción. No de la felicidad asociada con la tranquilidad, con el descanso. Si bien, durante su realización nos sentimos con control de la situación, con calma, relajación y sin temor al fracaso.

En su transcurso la mente está completamente concentrada, en el presente, no divaga. La actividad se convierte en algo espontáneo. No queda espacio mental para poner la atención en otras cosas, ni en uno mismo. El ego desaparece. Mientras el tiempo parece pasar mucho más rápidamente.

¿En qué tipo de situaciones acostumbramos a fluir cada uno? NeuroQuotient® nos ayuda a entender la neurociencia de la felicidad relacionada con el flow.

Hemos hablado en otros artículos de que el modelo NeuroQuotient® distingue dos tipos de neuro conductas (patrones cerebrales de conducta): Eficacias y limitaciones. Las primeras aportan satisfacción, son fuente de felicidad, las segundas todo lo contrario.

La mejor demostración de este impacto opuesto en la satisfacción de las neuro conductas eficaces y limitadoras, es que las personas, quieren aumentar la frecuencia e intensidad de las primeras y disminuir las de las segundas (Figura 2).

Fig 2. Queremos intensificar las neuro conductas de eficacia y debilitar las limitantes. Las primeras nos aportan satisfacción, felicidad.

Lógicamente, el flow, fluir, estar en la zona, tendrá que ver con las eficacias y con acciones encaminadas a satisfacer alguna necesidad interna. En el modelo NeuroQuotient®, y de abajo arriba en las cuatro dimensiones, las parejas ‘acción/necesidad son las siguientes:

  • I2, Ayudar, empatizar con los demás para crear armonía en el entorno y recibir reconocimiento.
  • I1, Estudiar y prever, para generar conocimiento, aprendizaje y recursos para hacer frente a la incertidumbre futura.
  • A2, Hacer, para el logro de retos (aunque el disfrute está en la propia acción, en el presente).
  • A1, Explorar (internamente, desde el propio cerebro, o hacia el exterior) para imaginar/crear y/o disfrutar el entorno presente.

Cada persona puede tener muy arraigados uno o varios (incluso todos) de estos patrones cerebrales de motivación y acción. En cada persona las conexiones neuronales más fuertes, serán la de los patrones que le facilitan el flow, fluir, estar en la zona. Los que conducen al disfrute, a una recompensa que es fuente de felicidad en la acción y en el presente.

¿Con que tipo o tipos más te identificas? (¿I2, I1, A2, A1?)

¿Y en el cerebro que sucede, cuál es el proceso cerebral de la neurociencia de la felicidad en el flow?

Ciclos continuos, de recompensa (disfrute), motivación de acercamiento (ganas de hacer) y acción que impulsan el siguiente ciclo.

El proceso cerebral del estado mental del flow, fluir, estar en la zona, lo vemos cómo pequeños ciclos continuos en el tiempo, que impulsan al siguiente. Como una noria que se ha puesto en marcha y no necesitara más energía externa para continuar moviéndose.

Veamos la Figura 3. Es el propio disfrute (1) instantáneo, la fuente de felicidad, el que aporta la motivación y la energía. El que da lugar a la recompensa química en el cerebro.

Figura 3. Proceso cerebral cuando fluimos o estamos en la zona. Ciclos continuos de recompensa, motivación y acción.

La recompensa, produce más motivación de acercamiento, más ganas (2) inconscientes de continuar. La motivación, impulsa la actividad (3) -conduce a más acción- de la que se deriva más disfrute y recompensa (en el presente) que energiza el nuevo ciclo. Un continuo, sin parar.

¿Y cuáles son los sistemas cerebrales subyacentes a está neurociencia de la felicidad?

Todo el cerebro está implicado, pero con mayor preponderancia del sistema de recompensa. Además, en el cuerpo hay equilibrio entre el sistema nervioso autónomo simpático y el parasimpático.

Veamos ahora que sistemas cerebrales y neuronales están detrás del flow, fluir, estar en la zona. Más específicamente donde se fundamenta esta neurociencia de la felicidad.

Creemos que todos los sistemas cerebrales están involucrados: recompensa, estrés, amenazas o miedo, corteza prefrontal. Pero en mayor extensión los dos primeros.

El sistema de recompensa, porque es la dopamina mesolímbica la que va impulsando la motivación interna y la dopamina mesocortical la que ayuda a mantener la atención en el presente. Motivación de acercamiento y atención tienen el mismo neurotransmisor implicado, la dopamina. Lo veíamos en el post sobre el TDA.

También interviene la dopamina del sistema de recompensa ampliado, la que fortalece los hábitos. El mantener la noria en marcha requiere de un aprendizaje, de un hábito.

Lógicamente, el resultado de la acción, el disfrute, el placer, la fuente de felicidad, tendrá que ver con las endorfinas.

Aunque en la memoria, en el inicio del primer ciclo, en el primer impulso, pueda estar la búsqueda de la tranquilidad ante la incertidumbre futura. El recuerdo inconsciente de la amígdala calmada por el GABA o la oxitocina (en las experiencias de colaboración). O, incluso, todo lo contrario, la búsqueda de un ‘chute’ de adrenalina.

Claramente involucrado está también el sistema del estrés. Con equilibrio entre el sistema nervioso autónomo simpático y el parasimpático. ¿Conoces Heartmath, la coherencia cardíaca? La coherencia cardíaca se refiere precisamente a este equilibrio simpático parasimpático que logramos cuando estamos fluyendo y en la zona. Una fuente de felicidad, con más foco, más calma, menor ansiedad, menor fatiga, menor tendencia a depresión.

¿Y existe algún riesgo con todo esto?

¡Cuidado una eficacia llevada al extremo puede conectar con la limitación! Persiguiendo siempre una sensación de fluir nos podemos encontrar con el resultado contrario (ansiedad, fatiga, dificultad de concentración, baja autoestima, etc).

Efectivamente, existen riesgos. Pero puede ser suficiente tomar conciencia de ello para evitarlos.

Según el principio de Hebb, cuanto más nos conducimos de un modo determinado, más se refuerzan las conexiones neuronales subyacentes, los patrones cerebrales, y más tendencia tenemos a funcionar según los mismos.

Estupendo hasta aquí. Vamos reforzando los patrones fuente de felicidad. ¿Dónde está el riego? Pues en que inconscientemente o conscientemente disparemos estos patrones incluso cuando sea contraproducente.

Recordar que eficacias y limitaciones de un mismo nivel, no son lo contrario, sino que son las dos caras de una misma moneda. Cuando tenemos una gran tendencia a una eficacia (patrones cerebrales muy potentes) existe el riesgo de encontrarnos con un alta limitación.

Por ejemplo, volviendo a las motivaciones descritas más arriba. Puede que el enfocarnos mucho a los demás (I2), nos dificulte el decir que no. O que queriendo saberlo todo y tenerlo todo previsto (I1) pongamos en marcha el miedo y el estrés. O, tal vez, que queramos conseguir resultados (A2) a costa de tratar con prepotencia a los demás. Incluso, que con tanta imaginación (A1) se nos desborde y nos cueste concentrarn

¿Y existe algún riesgo con el flow, con esta neurociencia de la felicidad?

¡Cuidado una eficacia llevada al extremo puede conectar con la limitación! Persiguiendo siempre una sensación de fluir nos podemos encontrar con el resultado contrario (ansiedad, fatiga, dificultad de concentración, baja autoestima, etc).

Efectivamente, existen riesgos. Pero puede ser suficiente tomar conciencia de ello para evitarlos.

Según el principio de Hebb, cuanto más nos conducimos de un modo determinado, más se refuerzan las conexiones neuronales subyacentes. En consecuencia, tenemos más tendencia a funcionar de este modo.

¡Estupendo! Vamos reforzando los patrones de la neurociencia de la felicidad. ¿Dónde está el riego? Pues en que inconsciente o conscientemente disparemos estás neuroconductas incluso cuando sea contraproducente.

Y es que, eficacias y limitaciones de un mismo nivel, son como las dos caras de una misma moneda. Cuando tenemos una gran tendencia a una eficacia (patrones cerebrales muy potentes) existe el riesgo de encontrarnos con en el lado de la limitación.

Por ejemplo, volviendo a las motivaciones descritas más arriba. Puede que el enfocarnos mucho a los demás (I2), nos dificulte el decir que no. O que queriendo saberlo todo y tenerlo todo previsto (I1) pongamos en marcha el miedo y el estrés. O, tal vez, que queramos conseguir resultados (A2) a costa de tratar con prepotencia a los demás. Incluso, que con nuestra imaginación (A1) se nos desborde y nos cueste concentrarnos y/o apreciar riesgos graves, evidentes para los demás.

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